i estás leyendo esto, probablemente ya sospechas que tu empresa tiene un problema con el burnout laboral. Tal vez has visto crecer las bajas por salud mental, la rotación está disparada en ciertos equipos o el clima laboral en las encuestas ha caído en picado. Lo que seguramente no sepas es cuál es el coste del burnout laboral exactamente.
El coste del burnout es difícil de calcular porque está fragmentado. Bajas laborales, rotación de personal, caída de productividad… En definitiva, un deterioro del entorno laboral generalizado.
Para que te hagas una idea, las bajas por salud mental se han disparado un 490% desde 2018. Y el coste económico para las empresas se cuenta en miles de euros por cada empleado afectado: más de 80.000 millones de euros anuales, datos recogidos en nuestro eBook De KPIs a personas: ¿por qué la salud mental es clave?.
En este artículo, te daremos las pistas para calcular el coste del burnout laboral en tu empresa, además de algunas herramientas para detectarlo.
Qué es el burnout laboral (y por qué no puedes ignorarlo)
Empecemos por lo básico. El síndrome del trabajador quemado, conocido como burnout, es una condición médica reconocida oficialmente por la Organización Mundial de la Salud desde 2019. Se trata de un problema de salud mental real, con consecuencias médicas documentadas y un impacto económico medible.
La diferencia entre estrés laboral normal y burnout laboral crónico es la misma que hay entre estar resfriado y tener neumonía. El estrés es una respuesta puntual a una situación demandante. El burnout es agotamiento emocional sostenido en el tiempo que destruye la capacidad de funcionar.
El burnout tiene tres dimensiones bien definidas:
Agotamiento emocional y físico extremo
No es el cansancio de un día duro. Es el agotamiento mental que hace que levantarse de la cama sea una batalla diaria. El cansancio físico persistente que no se cura con vacaciones. La sensación de estar completamente vacío, sin energía para nada.
Despersonalización o cinismo
Esa distancia emocional que pones entre tú y tu trabajo. Dejas de importarte lo que haces. Te vuelves cínico, distante, a veces hasta hostil. Es un mecanismo de defensa: si no te implicas emocionalmente, no puedes seguir quemándote. Pero al mismo tiempo, destruye tu rendimiento laboral y tu capacidad de conectar con tu equipo.
Sensación de baja realización personal y profesional
La sensación de que nada de lo que haces importa. De que no avanzas. De que tu carrera profesional está estancada. De que tu esfuerzo no sirve para nada. Esa persistente desmotivación que hace que todo te parezca inútil.
Las causas reales del burnout en tu empresa
El burnout laboral no aparece porque sí ni se relaciona con mala suerte ni debilidad personal. Es la consecuencia directa de condiciones laborales insostenibles. Y en la mayoría de los casos, las empresas están creando esas condiciones sin ser del todo conscientes.
Largas jornadas y sobrecarga constante de trabajo
Las largas jornadas se han normalizado tanto que ya ni siquiera las cuestionamos. "Es que hay mucho trabajo", "es temporada alta", "el proyecto es urgente". El problema es que la temporada alta nunca acaba y las jornadas laborales sin límites se convierten en la norma.
Trabajar sistemáticamente más horas de lo permitido no es productividad. Al contrario: es una bomba de relojería. Y cuando explota, el coste del burnout es infinitamente mayor que el de haber contratado a una persona más.
Falta de reconocimiento y valoración del esfuerzo
La falta de reconocimiento es uno de los factores más devastadores para el bienestar emocional. Cuando nadie reconoce tu esfuerzo —promociones internas, aumentos de salario, visibilidad de tu trabajo—, pero un error puntual se magnifica, el agotamiento emocional se acelera.
Clima laboral tóxico y falta de apoyo psicológico
Un entorno laboral donde prevalece la desconfianza, la microgestión, la competitividad tóxica o el miedo es el caldo de cultivo perfecto para el burnout. Y la ausencia total de apoyo psicológico cuando alguien lo necesita termina de completar el cuadro.
Los niveles de estrés se disparan cuando no hay red de seguridad. Cuando sabes que si fallas, nadie te va a apoyar. Cuando pedir ayuda se ve como debilidad. Cuando el clima laboral penaliza la vulnerabilidad.
Ausencia de desarrollo profesional y estancamiento
El desarrollo profesional bloqueado es otra causa directa de burnout. Llevas años haciendo lo mismo, no ves opciones de crecimiento, tu carrera profesional parece un callejón sin salida. El sufrimiento sostenido de trabajar duro sin ver progreso acaba quemando a cualquiera.
Riesgos psicosociales no identificados ni gestionados
Los riesgos psicosociales son los grandes olvidados de la salud y seguridad laboral. Las empresas evalúan riesgos físicos, pero los factores psicosociales que generan estrés constante se ignoran sistemáticamente.
Ambigüedad de rol, conflictos de valores, falta de autonomía, inseguridad laboral, acoso… Son factores psicosociales reales que destrozan la salud emocional de los equipos.
La trampa del siempre disponible
La cultura de la hiperconectividad ha eliminado las fronteras entre vida personal y vida laboral. Contestar emails fuera del horario laboral, estar disponible en vacaciones, responder mensajes los domingos… Todo esto se ha normalizado. Y es insostenible.
El perfil del empleado en riesgo de sufrir burnout laboral
No todo el mundo tiene la misma probabilidad de desarrollar burnout. Hay perfiles y situaciones que concentran más riesgo. Si recursos humanos no identifica estos perfiles de riesgo y actúa preventivamente, los está dejando ir hacia el colapso.
- Roles con alta responsabilidad y poco control: posiciones donde tienes que responder de los resultados, pero no tienes autonomía para decidir cómo conseguirlos.
- Profesiones de ayuda o cuidado: sanitarios, profesores, trabajadores sociales, profesionales de atención al cliente…
- Profesionales altamente comprometidos: paradójicamente, quienes más sufren burnout suelen ser los más implicados. Los que nunca dicen que no o que asumen más carga porque alguien tiene que hacerlo.
- Personas en entornos tóxicos sin poder salir: cuando no puedes cambiar de trabajo fácilmente (por edad, especialización, situación económica...) y estás en un entorno laboral destructivo, el sufrimiento sostenido puede alargarse años.
¿Cuál es el coste del burnout laboral en tu empresa?
Hablemos de dinero, que al final es lo que importa en la cuenta de resultados. El coste del burnout laboral es cuantificable. Y es enorme.
En España, el coste total del absentismo vinculado a salud mental supone el 5,4% del PIB español y puede llegar a 81.574 millones de euros anuales. Algunos estudios hablan de que, por cada euro invertido en salud mental, el retorno económico puede llegar hasta 4 euros.
Ahora bien, ¿cuál es exactamente el coste del burnout en tu empresa? Echemos un vistazo a los datos.
Absentismo y bajas laborales
- Coste salarial: durante la baja, sigues pagando al empleado (total o parcialmente según convenio). En una baja de 168 días (la media para casos de burnout severo), con un salario de 30.000 euros anuales, estamos hablando de unos 13.800 euros en salario pagado sin trabajo realizado.
- Coste de cobertura temporal: si necesitas cubrir esa posición (y lo necesitas), tienes que pagar horas extra al equipo, contratar temporales o externalizar. Añade otros 5.000 o 10.000 euros, dependiendo de la posición.
- Coste administrativo: gestión de la baja, coordinación con mutua, documentación, seguimiento…
- Impacto en el equipo: si la posición no es cubierta, la carga de trabajo se redistribuye entre todo el equipo, aumentando el riesgo de sobrecarga y, con ello, de burnout laboral. Es un efecto dominó.
Los datos agregados de incapacidad temporal en España sitúan el coste medio de una baja en unos 4.500 euros por caso, teniendo en cuenta todas las causas y una duración media de algo más de 40 días.
En el caso de bajas largas por problemas de salud mental o burnout, el coste real para la empresa puede ser varias veces superior, situándose fácilmente en las decenas de miles de euros.
Rotación y reemplazo
- Coste de reclutamiento: publicar ofertas, filtrar CVs, entrevistas, pruebas técnicas, verificaciones… El coste medio de un proceso de selección está entre 3.000 y 5.000 euros para puestos medios. Para posiciones senior puede dispararse a 10.000 o 15.000 euros.
- Coste de onboarding: los primeros meses, el nuevo empleado no rinde al 100%. Necesita formación, supervisión, tiempo para coger velocidad… Durante ese periodo, estás pagando un salario completo por un rendimiento parcial. La pérdida puede estimarse en torno a un 20 o 30% del salario anual.
- Pérdida de conocimiento: cuando alguien se va, se lleva conocimiento que no está documentado. Procesos, relaciones con clientes, contexto de proyectos… Eso se pierde. Y el coste de recuperarlo es altísimo.
- Efecto en el equipo: cada salida afecta a la moral del equipo. Si las salidas se acumulan, el mensaje que se le da al empleado puede llegar a causar bajas o rotaciones en cascada.
Organizaciones como SHRM y estudios citados por Gallup estiman que reemplazar a un empleado puede costar entre el 50% y el 200% de su salario anual, según el nivel del puesto, la complejidad y el sector. Es decir, un sueldo de 40.000 euros conlleva un coste de rotación estimado de entre 20.000 y 80.000 euros.
Productividad
- Disminución de la productividad y el rendimiento: ya que los empleados tardan más en completar las tareas y cometen más errores. Según una encuesta de Future Forum, los empleados reportaron un 32% menos de productividad y un 60% menos de capacidad de concentración.
- Presentes, pero ausentes: el presentismo (estar en la oficina pero sin producir) tiene un impacto económico mayor que el absentismo. Cuando alguien está de baja, sabes que no está produciendo y buscas soluciones. El presentismo, en cambio, no siempre se hace patente.
- Errores y retrabajos: el agotamiento emocional aumenta la tasa de errores. Decisiones mal tomadas, errores en documentos, malentendidos con clientes…
- Pérdida de innovación y creatividad: cuando estás quemado, lo único que puedes hacer es sobrevivir, por lo que la empresa pierde capacidad de evolución.
Calculando de forma conservadora, un empleado con burnout que gana 35.000 euros al año y opera al 50% de su capacidad durante 6 meses antes de irse o de baja, representa una pérdida de productividad de unos 8.750 euros. Multiplica eso por el número de personas afectadas en tu organización.
Coste total
Ya conocemos los datos. Vamos a poner un ejemplo concreto para que veas la magnitud con los siguientes datos de partida:
- Plantilla: 100 empleados.
- Salario medio: 35.000 euros.
- Tasa de burnout: 15% (15 personas afectadas).
Para una empresa de 100 personas con salarios medios, estamos hablando de pérdidas que pueden alcanzar el millón de euros. Estos cálculos no incluyen costes legales si hay denuncias por riesgos psicosociales, ni el daño reputacional, ni las oportunidades de negocio perdidas por falta de capacidad.
Qué necesita tu empresa para abordar el burnout de verdad
El burnout está afectando a tu empresa y necesitas hacer algo. ¿Por dónde empiezas? Para reducir el coste del burnout laboral, la solución pasa por implementar un programa de salud mental. El momento de actuar es ahora.
El programa en cuestión debe incorporar medidas como acceso real a terapia psicológica, límites efectivos en jornadas laborales, planes de carrera profesional, evaluación de riesgos psicosociales o retribución flexible, entre otros. Pero implementar todo esto correctamente requiere estrategia, metodología y recursos.
En el próximo artículo de esta serie veremos exactamente cómo hacerlo de forma práctica según el tamaño de empresa. Cómo elegir proveedores y programas de bienestar, cómo comunicarlo al equipo y cómo medir el impacto real.















